Si existiera...

Si existiera un Dios
preferiría que fuera mujer
y así hablarle de tú y de ti
y que me aconsejara
preferiría que fuera mujer
y que fuera mi amiga
y que su sexo no fuera barrera
sino pretexto
que fuera mujer y amiga
de aquellas que dan la vida
cada vez que lo solicitas
que fuera mujer y amiga
para que me escuchara
y me consolara y cerrara mis heridas
Si existiera un Dios,
en definitiva, me gustaría
que fuera como tu,
aunque entonces .. yo, ¿que haría?

De los cyberamores...

- ¿cómo eres?

- soy alta, delgada, de cabello claro (a media espalda), ojos grandes y verdes... ¿y tú?

- yo soy alto, moreno, de ojos y manos grandes..... ¿te gusta el cine?

- si

- ¡ a mi también! ¡no cabe duda que somos iguales!

- si, es difícil encontrar a alguien así...

(... Y así pasaron la noche dos almas siamesas con un chatroom común, se inventaron sus nombres,

hicieron el cyberamor, tocaron sus cuerpos con cada letra que tecleaban y en cada silencio sintieron

el suave movimiento del cursor sobre su espalda...)
 

Costo/Beneficio

sería bueno convencerte de las ventajas de tenerme
presentarme un día a tu puerta y con un catalogo a color
venderte la idea de un amor compartido, por semanas para dos
en algún lugar paradisiaco, como puede ser mi habitación
por la noche siendo sombras nos inventariamos el uno al otro
y de mañana me vestiría de luz para abrazarte mientras duermes
me encontrarías como fruta al desayuno
y al resbalar por tu boca el sabor te resultaría familiar,
voltearías a la cama, sintiendo que estoy ahí pero sería tarde
yo ya habría volado al closet, para esperar a que vistieras
de cal y canto sobre tu cuerpo con mi blanca sombra terciopelo
sería la envidia del las aguas y los soles,
del viento ocuparía el lugar en tus pulmones,
para que no me olvides
para que no me olvides
sobre tu pecho anidaría cual voz con alas
para volar rompiendo silencios que no existen.
 

Simpre he sido mi casa...

siempre he sido mi casa
el lugar al que vuelvo cuando todo oscurece
me encierro y miro por la ventana la noche,
mi corazón desnudo,
te dibujas en el cielo como tormenta que se acerca
viene el viento devorando distancia,
calándome hasta los huesos, rugiendo porque no contesto...
no vuelo por no saber que el cielo me tiene un lugar preparado
me dedico a ver como arrancas suspiros y árboles a tu paso
desde mi casa, mi ventana te admira
yo solo soy un espectador,
alguien que ha aprendido a corear tu pasión gritando miedo
esperando
siempre he sido mi casa
y a puertas abiertas te espero.
 
 

Aereopuertos...

De pie, frente al área de llegadas, he descubierto que el amor concentrado por la espera vuelve a los humanos seres blandos que, de un momento a otro, desaparecerían por las coladeras; actitud tan solo pospuesta por el infinito placer que supone el encuentro con la persona amada. Más tarde, por los sólidos pasillos, se pueden escuchar las risas de los muros y las pantallas al ver como los enamorados, van dejando tras de si residuos de su amor diluido, un liquido espeso sobre las lozas del un suelo superabsorbente que lo esconde, para que aquellos a quienes nadie espera, no se den un balazo con las gomas de la fuente de sodas.

Todo es parte de un tratado antiguo que explora la duración del tiempo con respecto a nuestra prisa y nuestros acompañantes. No puedo mencionar con exactitud sus postulados, pero supongo serán lo suficientemente congruentes para no dar a mi relato mas validez que la que el lector suponga necesaria, en cuyo caso comprenderá de que he estado hablando, y sabrá a ciencia cierta que no ha perdido el tiempo si ha llegado hasta este punto, sino al contrario, habrá ganado tiempo mientras espera y se niega a derretirse frente a un vuelo retrasado.

El le pertenece a ella...

El le pertenece a Ella
y ella le pertenece al pasado
y las risas, y los gritos y los reclamos,
esos no pertenecen a nadie,
esos se los regalo.

El la ve con ojos llorosos
ella ya no lo mira, pero se acuerda de el por unas fotos,
unas fotos viejas que se han ido desgastando
igual que las promesas de amor eterno que se hicieron con los años que se perdieron con los años.

Ella esta cansada y aburida
él esta mirandola y casi no ve nada
¿de que se habrá enamorado?
¿por que ella se ve como el humo?
¿por que él se pasa la vida inventando?

Delirios..

delirios de imágenes sobrepuestas,
delirios, de verdes lirios sobre la piel desnuda,
como leche tibia bajaran mis besos
por las olas y hondonadas de tus mares,
veletas, velas, ves, veme, voltéate, sofócame
es larga la serie de soles que caen,
beberé de tu arroyo de silencios
hasta ahogarme en el delirio de un momento,
delirios, de verdes lirios sobre la piel desnuda.

cabalgar desnudos en el exilio de mi cama,
por sobre la serie de reproches,
y para satisfacer el mal que busca tu cuerpo
clara la noche, sola, sórdida
en mi casa, en mi cabeza,
son más crudas las heridas de la pluma
sobre el blanco entierro del papel y la mortaja.

sólo pregunto, ¿por que?
¿por quién aguardo?
¿para quién padezco?
y sobre todo...
¿hasta cuando?